Bienvenidos

¡Bienvenidos! Este no es un blog de repostería creativa al uso. Aquí tenéis una mezcla de dos aficiones: los postres y escribir lo primero que se me viene a la cabeza. Echadle un poquito de azúcar y humor a vuestras vidas, seguro que os sentiréis mejor. ¡Gracias por leerme!

Os podéis poner en contacto conmigo con el correo electrónico que aparece en la cabecera.

También estoy en facebook. Pincha aquí para visitar mi página.

Gracias (otra vez)

Un abrazo... Dulcemente

viernes, 16 de noviembre de 2012

LAS ACEPCIONES DEL VERBO PICAR

Curioso esto de las palabras y sus diferentes acepciones. Tomemos un ejemplo: "picar". Un verbo, como otro cualquiera, de la primera conjugación. Pues bien, puede ser que te pique el gusanillo. Que está muy bien, porque puedes comer cualquier cosa que te apetezca en el momento, sin remordimientos calóricos. O lo que es lo mismo, te vas a picar algo. Claro que luego, se te puede picar una muela
Hay gente a la que le puede picar la curiosidad. Y es cuando, te despiertas a media noche, con una zozobra interior que no te aguantas, porque ya no sabes si Belén Esteban se ha recociliado con su marido o toca estar tirándose los trastos. Claro que, a veces, te enteras de esas cosas en que te pican y no sale sangre... (vaaaale, es realidad es "pinchar". Tomémoslo como una licencia poética)
Luego está eso que dice Arguiñano de picar la cebolla muy menudita muy menudita... que, entre tú y yo, es un tongo. Esa velocidad picando cebolla es imposible. Además, al final hay que pasarlo por la batidora porque si no el niño te dice que le pica la cebolla.
También te pueden mandar a que te la pique un bicho. O llamarte picaflor. Entonces tú puedes hacer dos cosas: picarte o no picarte
De niños salía por la tele Pedro Picapiedra, que se supone que picaba piedras. O Mariano Medina que te contaba que el mar está picado, o que está lloviendo. Y si llueve se pica la pintura del coche o te acatarras y te pica la garganta.
Una expresión muy graciosa es esa de eres más malo que el bicho que picó al tren. Y aquí ya vamos entrando en materia. Porque ¿qué bicho fué el que picó al tren? ¡¡No puede ser otro que una abeja!!





En este caso, ¡un enjambre enterito de abejas!









 Esta vez las abejas fueron directas a casa de unos amigos. Les gustó mucho. Claro que, a alguno le picó la conciencia y la tuvo que empezar a comer por el culo porque le daba pena mirarle a los ojillos antes de hincarle el diente...






Y como se supone que las abejas nacen en un país multicolor, pues hay que aderezar el ambiente con unas gráciles florecillas ¿os parece?






Y una vez puesta esta pica en Flandes, me despido hasta el próximo post. 


Un abrazo... Dulcemente.

15 comentarios:

  1. Ole, ole y ole, mi hermanita resalá... qué verbo, qué agilidad mental, qué tía lista, lista, nos ha salido la benjamina...

    ResponderEliminar
  2. "Chapeau" Me quito el sombrero. Me encanta jugar con las palabras. Las abejitas y las flores, serán dulces o "picantes"? Me "pica" la curiosidad.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias anónimx amigx. Me gustaría tener un as (de "picas") en la manga para averiguar quién eres. Espero que "piques el anzuelo" y me lo cuentes tu mismx. Gracias otra vez.

      Eliminar
    2. ¿Desvelar mi identidad? ...perdería emoción...y se vendría abajo la ilusión...Es como saber la verdadera identidad de los Reyes Magos...

      Eliminar
    3. ¿Topodapavípiapa nopo sapabespe quiénpie soypoy?

      Eliminar
    4. Pues no. No soy tan espabilada, lo siento.

      Eliminar
    5. Vale... desvelo mi identidad... Y sigo diciendo: ¡Chapeau!

      Eliminar
  3. Hermanita eres uns ARTISTAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!

    ResponderEliminar
  4. Ya no sé que elegir si tus palabras que enredas con mucha gracia y tienes que leer hasta el final o tus dulces abejitas.
    Esto es más divertido y sobre todo màs dulce que trabajar en un hospital.
    un besito. gloria.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. y no olvides que huele muchíííísimo mejor. Un beso muy grande, compañera!

      Eliminar